¿Se cayó el relevo con el banderazo para Montiel?

El evento en Urique, donde Claudia Sheinbaum y Ariadna Montiel entregaron tierras a comunidades indígenas, fue más que un acto de justicia social: fue un claro “banderazo de salida” para Montiel en su camino hacia la gubernatura de Chihuahua en 2027.

La presencia de Sheinbaum no solo estuvo para “apoyar” a las comunidades, sino para enviar un mensaje a todos: “Es Ariadna, como fue Claudia y no es Andrea como no fue Adan”.

Claro, con un toque de institucionalidad, sin mensaje explícito, pero a manera muy clara para que todos entendieran que la 4T ya tiene a su favorita en el estado (aunque la beneficiaria no sea ni chihuahuense de nacimiento)

El mensaje es duro, sobre todo para la estrella emergente y autoproclamada “relevista generacional” Andrea Chávez, que si bien no se le mencionó por nombre, su ausencia en los mensajes en este escenario político, habló por sí sola.

La jugada está hecha: mientras Andrea Chávez y otros actores de Morena se acomodan en sus sillas, Ariadna Montiel ya está tomando su lugar en el escenario. Sheinbaum dejó claro que el partido ya tiene su candidata para 2027, sin mayores rodeos ni sutilezas.

Y aunque todo se presentó como un acto de “justicia histórica”, la verdadera deuda que se salda aquí no es con las comunidades indígenas, sino con la carrera política de Montiel, que se fortalece con cada gesto de apoyo presidencial (o expresidencial), sin decirlo, Sheinbaum y compañía mandaron un mensaje claro: “Chávez, mejor suerte la próxima vez”.

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