Y que el voto popular «nos» favorezca… Morena con Andrea Chavez, pero Rafael Loera por el PAN

Cuando los recursos públicos sirven para la vanidad política

Por un lado el discurso populista proclama que «primero los pobres»; pero por el PAN, mal uso de recursos para promocionar personalidades, sin importar su diminuto tamaño. Pero en la realidad, todos los políticos que enarbolan esa bandera suelen ser los primeros en beneficiarse del dispendio de recursos públicos. El caso de la senadora Andrea Chávez es el ejemplo en turno de esta incongruencia. Mientras Morena insiste en que su movimiento es el de los desposeídos, su joven estrella chihuahuense despacha desde una lujosa mansión antigua cerca del centro de la ciudad de Chihuahua.

Esa «casa de enlace» no es cualquier oficina modesta donde se atiende a la ciudadanía, sino una propiedad de una de las familias más privilegiadas del estado. La pregunta obligada es: ¿qué tan cercana es Andrea Chávez al pueblo cuando su espacio de trabajo es una fortaleza del privilegio?

Pero su caso no es el único. A la senadora se suma la ya indignante red de ambulancias del gobierno del Estado de México y los centros de salud móviles que, en lugar de priorizar la atencion a una necesidad social genuina, estan diseñados para alimentar la popularidad de la protegida de Adán Augusto López, senador y al parecer enemigo político de la presidenta Claudia Sheinbaum. Un esquema que no solo evidencia el descar y la falta de transparencia del uso de recursos, sino que también revela los vínculos entre el poder político y empresarios favorecidos por estos proyectos.

Sin embargo, el despilfarro y la autopromoción con recursos oficiales no es un monopolio de Morena. En Chihuahua capital, la imagen del secretario de Desarrollo Humano y Bien Común, Rafa Loera, invade la ciudad con espectaculares pagados con dinero no sabemos de quien, pero que podría tener un mejor destino. Un político en ciernes que, de llegar a una posición de mayor poder, probablemente seguiría el mismo camino que Andrea Chávez: usar la estructura gubernamental para alimentar su propia ambición.

El problema de fondo no es solo la incongruencia del discurso populista con la realidad, sino el abuso de recursos públicos para construir carreras políticas a costa de la gente. El dinero que debería invertirse en seguridad, infraestructura y programas para el desarrollo, se destina a la vulgar promoción personal de quienes ven el servicio público como un trampolín, no como una responsabilidad. Mientras tanto, los ciudadanos siguen esperando soluciones tangibles a problemas que van más allá de un rostro en un espectacular o una oficina de lujo disfrazada de «casa de enlace».

Nos toca, otra vez cuestionar el destino de los recursos públicos y exigir que la política deje de ser un escaparate personal para convertirse en una verdadera plataforma de servicio. Porque si seguimos permitiendo que los políticos jueguen con la ingenuidad de la gente, lo único que cambiará es el nombre de quienes se benefician del poder, pero no la realidad de quienes supuestamente representan.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Previous Post

Adquirirá el Municipio más patrullas para la SSPM

Next Post

Estas zonas de la capital Municipio tendrán bacheo este viernes

Related Posts