El gobierno ha anunciado 16,800 millones de pesos para el programa Producción para el Bienestar 2025, con la promesa de fortalecer la soberanía alimentaria; sin embargo, el dinero llegará sin condiciones de productividad y de nueva cuenta a través del Banco del Bienestar, en un esquema que se parece más a un subsidio electoral que a una estrategia real para el campo.
La falta de inversión en infraestructura, acceso a tecnología y mercados confirma que el objetivo no es que los productores sean autosuficientes, sino que sigan dependiendo del gobierno, y se tengan que formar por horas, junto a los adultos mayores, jovenes si trabajo y demás beneficiarios de los programas sociales. Todo esto mientras los pequeños agricultores siguen reciben migajas, y la importación de granos sigue en aumento… el dato es que en 2024 se compró 25 MILLONES DE TONELADAS de maíz transgénico a los Estados Unidos… una broma de muy mal gusto.
De nuevo… sin transparencia, sin reglas claras y con una base de beneficiarios diseñada para sostener clientelas políticas, este programa es solo un refrito del viejo Procampo, el cual de paso hay que decirlo, tampoco abonó a la autosuficiencia alimentaria.
La política agroalimentaria de México, desde 1995 al día de hoy, sigue siendo un discurso vacío; lo único garantizado es el uso electoral del dinero público.