En su visita a Taiwán, la gobernadora Maru Campos estableció acuerdos con líderes de las gigantes tecnológicas PEGATRON y Foxconn, comprometiéndose a mejorar la infraestructura y seguridad para sus operaciones en Ciudad Juárez. Si bien estos compromisos prometen atraer mayor inversión extranjera, la realidad en Chihuahua, marcada por la inseguridad y la falta de recursos para obras, plantea importantes retos.
Durante sus reuniones con los ejecutivos de PEGATRON y Foxconn, la gobernadora ofreció un entorno propicio para la expansión de estas compañías, asegurando un compromiso con la seguridad en el traslado de productos de alto valor hasta los cruces fronterizos; sin embargo, es conocido por todos, que la situación en Ciudad Juárez y su creciente inseguridad, genera dudas sobre la capacidad real del estado para cumplir con estas promesas.
Las propuestas de mejorar la infraestructura, si bien son esenciales para el crecimiento industrial, requieren de inversiones significativas. Chihuahua ha enfrentado dificultades para mantener y modernizar su red de transporte, y depender exclusivamente de proyectos federales puede representar un riesgo, dado que los planes del nuevo gobierno aún no están definidos y podrían retrasarse.
Para que Chihuahua sea un destino seguro y atractivo para la inversión extranjera, es fundamental que el gobierno no solo refuerce la seguridad en las áreas industriales, sino que también aborde las causas estructurales de la inseguridad, que afectan tanto a las empresas como a la ciudadanía.
El compromiso de Maru Campos con la mejora de la infraestructura también plantea interrogantes. Aunque Chihuahua es un punto estratégico para la manufactura y el comercio, su red de carreteras y servicios enfrenta un serio deterioro, si bien, la mayoría de los tramos en malas condiciones dependen del gobierno federal, la mala relación entre e estado y la federacion no permitió la conservacion de la rede carretera. Y con Claudia Sheinbaum, las promesas de mejora dependerán en gran medida de los recursos federales y la colaboración con el sector privado, algo que no ha sido fácil de conseguir.
Los planes de expansión de Foxconn y PEGATRON requieren una infraestructura sólida que permita la logística eficiente de sus productos, pero las condiciones actuales no ofrecen garantías inmediatas. Sin inversiones significativas y un plan claro de desarrollo, Chihuahua podría quedar rezagado frente a otros estados con mejor capacidad de respuesta.
Otro factor crucial será la relación que mantenga Maru Campos con la administración federal. La gobernadora expresó confianza en los proyectos prioritarios de infraestructura del nuevo gobierno, pero la realidad es que cualquier desacuerdo político o falta de alineación en prioridades podría retrasar o incluso cancelar esos planes.
El éxito de la estrategia de Campos dependerá, en buena medida, de su capacidad para gestionar una relación fluida con el gobierno federal. Si esta falla, las empresas taiwanesas podrían reconsiderar sus inversiones y buscar alternativas más estables dentro o fuera del país.
Maru Campos ha hecho una apuesta audaz al comprometerse a mejorar las condiciones para las empresas taiwanesas en Chihuahua. Si bien la intención es clara y los beneficios potenciales son enormes, la ejecución enfrenta serios desafíos en términos de seguridad, infraestructura y política. El éxito de estos acuerdos depende de la capacidad del estado para cumplir con las altas expectativas, en un entorno donde los recursos son limitados y los riesgos, numerosos.
El tiempo dirá si Chihuahua puede consolidarse como un hub industrial competitivo a nivel global, o si las promesas de esta gira se quedarán en el papel, alejando la confianza de inversionistas clave.