En la actualidad, todas las miradas están puestas en la nueva variante de COVID JN.1, una cepa altamente mutada que ha arrasado en los Estados Unidos en las últimas semanas. Y con el país aún por alcanzar el pico de la temporada de virus respiratorios, se espera ver más casos de la nueva variante en las próximas semanas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC), JN.1 es actualmente la variante de más rápido crecimiento en el país, representando más de un quinto de todas las infecciones. Aunque la subvariante HV.1 sigue siendo la predominante en la actualidad, JN.1 no se queda atrás. Durante el periodo de dos semanas que finalizó el 9 de diciembre, HV.1 representó aproximadamente el 30% de los casos de COVID-19 en los EE. UU., según las últimas estimaciones del CDC. JN.1 fue la segunda variante más prevalente, constituyendo alrededor del 21% de los casos, seguida de EG.5.
Los científicos están monitoreando de cerca JN.1 debido a su rápido ritmo de crecimiento y su gran cantidad de mutaciones. Sin embargo, esta nueva variante está estrechamente relacionada con una cepa que ya se conocía, siendo un descendiente directo de BA.2.86, también conocido como «Pirola», que ha estado circulando en los EE. UU. desde el verano.
Aunque JN.1 ha ganado una mutación adicional en comparación con su cepa madre BA.2.86, la cual tiene más de 30 mutaciones que la diferencian de la variante omicron XBB.1.5, se cree que las vacunas actuales siguen siendo efectivas contra ella. Sin embargo, los expertos están vigilando de cerca su comportamiento, su posible aumento de transmisibilidad y su respuesta a tratamientos y vacunas.
Para obtener información detallada sobre JN.1, desde sus síntomas hasta su impacto en las pruebas de COVID y la eficacia de las vacunas, lee la nota completa en el enlace proporcionado al final del artículo (originalmente publicado en TODAY.com).
