Alejandro Moreno, dirigente del PRI, juramentó a los nuevos miembros de la Coordinación Nacional Organizadora de la XXIV Asamblea Nacional Ordinaria del tricolor, cuya sesión plenaria se llevará a cabo el próximo 7 de julio. Emocionante, ¿verdad?
A solo unos días de la aplastante derrota electoral del PRI, que por primera vez en 70 años no pudo presentar un candidato presidencial propio, esta asamblea promete ser un emocionante espectáculo donde, sorpresa, se buscará iniciar el espacio para la reelección en el cargo. Porque, claro, lo que más necesita el PRI es más del mismo liderazgo que los llevó al desastre.
En un comunicado lleno de esperanzas y promesas, se destacó que después de que el Consejo Político Nacional autorizara en su LXIX Sesión Extraordinaria la emisión de la convocatoria a la Asamblea Nacional, el dirigente nacional, con su habitual carisma, declaró que “vamos a un proceso de reflexión y debate que recorrerá todo el priismo nacional y que, necesariamente, tocará a todos los sectores y estructuras del partido”. Claro, porque nada dice «reflexión y debate» como una derrota humillante.
En un acto celebrado en la fastuosa sede nacional del PRI, rindieron protesta el líder nacional, Alejandro Moreno, que, para sorpresa de nadie, también es el Coordinador General de la Comisión Nacional Organizadora, y la Secretaria General del CEN, Carolina Viggiano, que funge como Secretaria del organismo. ¡Qué dupla tan innovadora!
La Comisión Nacional Organizadora, un desfile de comisiones y comités, también está conformada por la Comisión Nacional de Procesos Internos, la Comisión Nacional de Dictamen, la Comisión Revisora y los Comités Organizativos Nacionales. Una lista interminable que, seguramente, producirá resultados tan eficientes y efectivos como los que ya conocemos.
En ese sentido, el presidente Alejandro Moreno informó que “vamos a iniciar con foros por todas las entidades para establecer una definición clara sobre temas que hoy son relevantes para el priismo, como entender las causas y las implicaciones de fondo que arrojan los resultados del proceso electoral”. Porque nada dice «liderazgo eficaz» como admitir que no entienden por qué siguen perdiendo.
Y así, con mucho entusiasmo y algo de desesperación, el PRI se prepara para otra ronda de promesas vacías y eventos protocolarios que, con un poco de suerte, llevarán a la misma nada de siempre.
