En un esfuerzo por proteger sus respectivas industrias del acero y aluminio, los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden han firmado un acuerdo para combatir las prácticas comerciales desleales de China. Este pacto se enfoca en la implementación de medidas estrictas para evitar que las importaciones chinas afecten negativamente a los productores locales.
La alianza estratégica entre México y Estados Unidos no solo fortalece la relación bilateral, sino que también envía una señal positiva a los mercados internacionales, promoviendo la estabilidad y confianza en las economías de ambos países. Esta cooperación también está impulsando un fenómeno de relocalización de empresas, conocidas como «nearshoring», hacia América del Norte. Las compañías, buscando un entorno más seguro y estable, están trasladando sus operaciones desde Asia, aprovechando las ventajas logísticas y de seguridad que ofrecen México y Estados Unidos.
El acuerdo también incluye la implementación de mecanismos de monitoreo y control más rigurosos para asegurar el cumplimiento de las normas comerciales, garantizando que los productos importados no estén subsidiados de manera injusta o vendiéndose a precios artificialmente bajos. Estas medidas buscan nivelar el campo de juego para los productores locales y asegurar un comercio justo.
Este movimiento es visto como un paso crucial hacia la integración económica regional, fortaleciendo la posición de América del Norte como un bloque comercial competitivo y resiliente en el contexto global. La colaboración entre AMLO y Biden no solo refuerza la confianza mutua, sino que también crea un entorno propicio para la inversión y el crecimiento económico sostenido en ambos lados de la frontera.