Respirar… comunicar… y aprovechar.
Tres actos que definen a las naciones que saben leer el momento histórico y actuar en consecuencia.
Hoy, el mundo económico se sacude con una noticia de alto impacto: Estados Unidos y China han acordado una tregua de 90 días en su guerra comercial, reduciendo drásticamente los aranceles que habían escalado hasta el 145% y 125% respectivamente.
Este respiro temporal busca desescalar tensiones que han afectado la economía global y abrir un espacio para negociaciones más constructivas.
En este contexto, México se encuentra en una posición estratégica única. Como principal socio comercial de Estados Unidos y con crecientes vínculos con China, nuestro país puede convertirse en un puente clave entre las dos mayores economías del mundo.
La relocalización de cadenas de suministro, conocida como nearshoring, ya ha comenzado a beneficiar a México, atrayendo inversiones en sectores como manufactura, tecnología y logística.
Sin embargo, esta oportunidad no se mantendrá indefinidamente. Otros países también compiten por atraer estas inversiones y fortalecer sus lazos comerciales.
Es imperativo que México actúe con rapidez y decisión. El gobierno debe implementar políticas que fomenten la inversión extranjera, mejoren la infraestructura y fortalezcan el estado de derecho. El sector empresarial debe innovar y adaptarse a las nuevas demandas del mercado global.
No podemos permitirnos quedar como espectadores, viendo cómo otros aprovechan las oportunidades que se presentan. Es el momento de actuar, de posicionarnos como un actor clave en el comercio internacional y de asegurar un futuro próspero para nuestro país.