El 12 de noviembre de 1990, Frank Farian, el productor musical de Milli Vanilli, confesó públicamente que Fab Morvan y Rob Pilatus, los dos integrantes del grupo, no eran los cantantes reales de sus canciones. Más bien, eran simplemente las caras detrás del playback de temas grabados originalmente por otros artistas. Este revelador momento marcó el abrupto final de la admiración que el dúo francoalemán había cosechado en todo el mundo, ya que tanto el público como la industria los repudiaron y olvidaron.
Desde aquel momento, el nombre del dúo francoalemán, que antes resonaba con admiración, quedó vinculado irrevocablemente con la palabra «engaño». Ahora, más de tres décadas después, el documental «Milli Vanilli: El Mayor Escándalo en la Música» examina la historia de esta banda, un hito que inauguró una nueva era en la música pop. En esta película, los protagonistas comparten su experiencia, rememorando su rol como víctimas en un episodio que subraya la superficialidad que puede regir la industria musical.