Los nuevos beneficiarios en la élite del poder
Gerardo Fernández Noroña, el senador más estridente de la autoproclamada Cuarta Transformación, pasó de negarse a pagar 1.16 pesos de IVA por un Boing de durazno a desembolsar 131 mil pesos por un boleto para viajar en clase premier rumbo a Europa, en un BOEING. Si eso no es una transformación, entonces que alguien nos explique qué significa el cambio.
Porque lo que aquí queda claro es que la famosa austeridad republicana, que tanto vociferan los fieles de la 4T, aplica solo cuando es conveniente. Para los de abajo, recortes, eliminación de instituciones, apoyos y financiamiento a sectores productivos y un sistema de salud colapsado. Para los de arriba, viajes de lujo, boletos de avión más caros que el salario anual de muchos mexicanos y, por supuesto, la justificación de que todo es “por el bien del pueblo”.
Fernández Noroña, quien se forjó una imagen de luchador social, defensor del pueblo y enemigo de los privilegios, ahora disfruta de los lujos del poder con la misma facilidad con la que antes se envolvía en su manto de humildad. En 2009, el entonces diputado federal se negaba a pagar un mísero peso con 16 centavos de impuestos y hoy se sube a un asiento de primera clase con un costo que podría alimentar a decenas de familias durante meses.
Es el problema de los discursos vacíos: tarde o temprano se enfrentan a la realidad. Y la realidad es que Noroña y toda la élite de la 4T han dejado claro que la “transformación” solo significó un cambio de beneficiarios en la élite del poder. Antes eran los “fifís” a los que tanto despreciaban, hoy son ellos los nuevos burgueses de la política, con la única diferencia de que su hipocresía es aún más descarada.
Porque si bien es cierto que todo político, sin importar el color, cae en la tentación del poder, lo de la 4T es especialmente insultante. Llegaron al gobierno con la promesa de acabar con los excesos, con la bandera de la austeridad, con el discurso de que “primero los pobres”. Pero a la primera oportunidad, se montan en la primera clase del privilegio mientras le dicen al pueblo que “resista”, que “no se queje”, que todo es por la patria.
Así que sí, Noroña ha cambiado. De Boing a Business. De 1.16 pesos a 131 mil. De “humilde” luchador social a político de la élite. Es una transformación de cuarta… pero al fin transformación.
