Si algo nos queda claro en Chihuahua es que los gobiernos tienen una capacidad única para administrar lo inadministrable. Ahora resulta que, como no llueve y el agua escasea, la solución no es encontrar alternativas reales o generar infraestructura eficiente, sino lanzar una app con puntitos y premios.
Sí, en un estado donde la crisis hídrica es más seria que las promesas de campaña, el Gobierno ha decidido que la salvación del agua vendrá de una tarjeta de lealtad. ¿La idea? Que los ciudadanos reporten sus «acciones» para ahorrar el vital líquido y acumulen puntos para canjear en tiendas. ¿Lavar el coche con cubeta? ¡50 puntos! ¿Cerrar la llave mientras te cepillas los dientes? ¡100 puntos! ¿Hacer la danza de la lluvia en el patio? Quién sabe, pero tal vez te den un descuento en la tiendita de la esquina.
El problema es que mientras los ciudadanos juntan puntitos, los verdaderos depredadores del agua –grandes agricultores sin regulación, menoniras, lebarones, Bafar y desarrollos inmobiliarios con pozos privados y pipas vendiendo agua a precio de oro– seguirán operando como si nada. Porque, claro, cuando se trata de repartir responsabilidades, el Gobierno siempre encuentra la manera de voltearse hacia la ciudadanía y decir: «Tú eres el problema».
Además, la gobernadora presume que se han invertido más de 5 mil millones de pesos en infraestructura hidráulica. ¿Dónde? Porque en muchos sectores la gente sigue sin acceso al agua y cada vez más colonias dependen de pipas. Decir que Chihuahua tiene el 91% de infraestructura hidráulica es como decir que el 91% de la ciudad tiene calles… pero sin pavimentar.
Y no olvidemos el bonus: la app también servirá para denunciar tomas clandestinas. O sea, además de juntar puntos, ahora los ciudadanos podrán hacer el trabajo de la JMAS gratis. Espere pronto la versión 2.0 donde podamos hacer arrestos ciudadanos por fugas de agua.
En resumen, «Aguardianes» es un programa que, en lugar de resolver el problema del agua, lo convierte en un concurso de acumulación de puntos. Mientras la gente se entretiene escaneando códigos y cazando infractores como si fuera Pokémon Go, el agua que no existe seguirá sin existir. Pero eso sí, con mucha «cultura del cuidado del agua».
Porque si de algo sabe este gobierno, es de administrar lo que no tiene.