En el marco del Día Internacional de la Mujer, es imposible ignorar una de las consecuencias más devastadoras de la violencia: la orfandad que deja a miles de niñas y niños sin sus madres. En Chihuahua, donde la lucha contra el crimen ha cobrado un alto costo social, el Fondo de Atención a Niñas y Niños, Hijos de Víctimas de la Lucha contra el Crimen (FANVI) busca mitigar el impacto de esta crisis.
Como parte de estos esfuerzos, la Fiscalía General del Estado anunció la entrega de 4,087 tarjetas de monedero electrónico a familias beneficiarias del programa, con una inversión de 19.6 millones de pesos para el primer cuatrimestre del año.
Violencia de género y sus efectos intergeneracionales
El 8M no solo es una fecha de conmemoración, sino también de denuncia. La violencia contra las mujeres no solo arrebata vidas, sino que desestructura familias y deja a la niñez en una situación de extrema vulnerabilidad. FANVI atiende a hijos de víctimas, garantizando acceso a educación y apoyo psicológico y social para intentar reconstruir el tejido familiar afectado por la violencia.
Como parte del apoyo educativo, se condonaron 6,357 inscripciones en distintos niveles escolares y se entregaron estímulos de 700 pesos a 3,037 familias, sumando un total de 2.1 millones de pesos en respaldo económico. Para estudiantes de preparatoria, se otorgaron libros y condonaciones de inscripción, con un ahorro de 7 millones de pesos para las familias beneficiarias.
A nivel superior, el programa mantiene convenios con diversas universidades e institutos tecnológicos para exentar pagos de inscripción, permitiendo que 900 jóvenes se gradúen de preparatoria cada año y que alrededor de 80 estudiantes universitarios obtengan su título anualmente.
Más allá de la asistencia, la urgencia de justicia
Si bien estas acciones representan un alivio para muchas familias, es crucial recordar que ninguna cantidad de dinero o apoyo puede sustituir la ausencia de una madre, una hermana o una hija. El 8M es un recordatorio de que la verdadera solución radica en erradicar la violencia de raíz, garantizar justicia para las víctimas y reforzar políticas públicas efectivas en la protección de las mujeres y la niñez.
En Chihuahua, donde los índices de violencia de género han sido alarmantes, la exigencia no solo es apoyo para quienes han quedado en situación de vulnerabilidad, sino medidas contundentes para evitar que sigan sumándose nombres a la larga lista de víctimas.